Querida Irune:
Válgame. Qué barbaridad
de asignatura. La palabra barbaridad parece siempre tener connotaciones
negativas, ¿verdad? Pues oye, en realidad, los bárbaros no eran sino,
simplemente, extranjeros. Nada malo. Hoy en día, no obstante, empleamos esta
palabra referida a algo muy grande, muy exagerado, o bien a algo impropio de
hacer o de decir.
Más o menos, ¿no? No he
mirado el diccionario, he escrito lo que buenamente me ha surgido.
Pues qué barbaridad de
asignatura…en varios sentidos.
Fíjate: traigo aquí a
colación el e-mail que le mandé a nuestra profesora de Bases Psicopedagógicas
para la Inclusión Educativa, María del Carmen Jiménez de la Hoz, el día del
curso pasado en que le entregué el trabajo final del curso, un DIAC completado
en base a un caso real que tuve en mi
colegio de prácticas ese año:
<< Aquí te entrego el DIAC. Acabo de terminarlo.
Ha sido, sin la más mínima duda, la tarea más difícil al que me he enfrentado en toda mi vida educativa, sólo por detrás, -eso sí-, del estudio y realización del examen de Selectividad >>
Ha sido, sin la más mínima duda, la tarea más difícil al que me he enfrentado en toda mi vida educativa, sólo por detrás, -eso sí-, del estudio y realización del examen de Selectividad >>
Oye, la de veces que nos
equivocamos en la vida. Claro, uno habla siempre sin saber lo que depara el
futuro. Sólo él -el futuro- sabe cuándo él mismo nos va a contradecir.
Asignatura bárbara,
Irune, la tuya.
Bárbara en el sentido de
extensión, sin duda.
Bárbara en el sentido de
necesidad de implicación, aún con menos duda.
Bárbara en el sentido de
intensidad de los contenidos, claramente.
Pero, sobre todo, amiga
mía, bárbara en cuanto a que hemos aprendido…una barbaridad. Lo cual, querida
profesora, habla muy bien de ti.
Que no necesitas que yo
te lo diga, desde luego. Pero mujer, déjame decírtelo, ya que es la verdad.
Gracias, Irune. Gracias.
Mira:
<< El objetivo
fundamental de esta asignatura es que aprendas cómo trabajar la literatura en
tus futuras clases de Primaria. No se trata de enseñar contenidos
literarios sino de utilizar la literatura para desarrollar determinadas
competencias en tus futuros alumnos, motivarlos hacia la lectura y ofrecerles
el regalo de compartir con ellos una experiencia artística envuelta en diversas
sensaciones y emociones.
>>
Te suena.
Irune, escúchame, por favor: en verdad te digo que si ese era el objetivo, a Dios pongo por
testigo de que está cumplido. Al menos, ha empezado a estar cumplido.
Tengo el convencimiento
de que he aprendido. Al menos, he empezado a aprender.
Permíteme explicarte por
qué.
LITERATURA
ESPAÑOLA, LITERATURA INFANTIL Y
EDUCACIÓN
LITERARIA
Artículo final
sobre la educación literaria en Educación Primaria
Tras un
cuatrimestre, prácticas en dos colegios, y este trabajo, he tenido tiempo
-bueno, tiempo no sé si he tenido: herramientas-, para reflexionar con respecto
a la literatura infantil y su importancia dentro del currículo de Educación Primaria.
Una cosa ante
todo, Irune, me ha quedado completamente clara: al hablar de estas bellas
actividades que hemos hecho, no debemos verlas como tú las llamas en la hoja de
instrucciones: <<bloques>>. Esa palabra me da la sensación de estar
referida a una cosa que forma, ella sola, una estructura sólida, autónoma, y
desconectada de otras. Y a lo largo de estos meses, amiga mía, he visto que lo
que hemos trabajado no son bloques aislados y sin nada en común: todos están
interrelacionados, y todos demandan tener presente la misma base común. Esa
base sobre la cual veo levantarse a los bloques, no separados sino juntos, me
permite ver, cuando la miro, que está formada por los siguientes materiales:
·
El desarrollo evolutivo de los alumnos
en cada momento, las circunstancias puntuales dentro del aula, y saber entender
la teoría y la práctica dentro de nuestro cosmos particular, nos hará ser
consecuentes a la hora de escoger.
Cuando hablemos de escoger, por tanto, no hablemos solo en base a lo que dicen
los expertos sobre los niños, sino también a lo que hayamos aprendido nosotros mismos de nuestros alumnos. Aunque
esto mismo que acabo de decir, lo digan, precisamente, otros -o los mismos-
expertos: diferentes autores sostienen esta necesidad a la hora de escoger (referenciados
por Klein 1994, Berk 1999, Hoffman 1995 y Smith 2002).
·
El interés de los niños es algo extremadamente complejo y requiere
tiempo identificarlo para encontrar material adecuado de cara a lo que debemos
trabajar. No solo su interés: sus miedos, sus problemas, sus vivencias, su
entorno. Todo ello nos hará ir aceptando o descartando diversas opciones, y
programar en consecuencia.
·
Las situaciones especiales, junto
con las habituales, nos deberán marcar también pautas. Debemos ser profesores de todos nuestros alumnos: a veces, eso
implica tener que adaptarnos y saber movernos tanto en la diversidad como en lo
más común.
·
La necesidad de tener una
biblioteca de autores de consulta hace que tengamos que movernos y aprender a buscar fuentes fiables. No
podemos quedarnos en lo conocido y lo recomendado: debemos investigar mucho más
y aprender por nuestros medios quiénes, qué autores o qué compañeros, incluso
-por supuesto-, nos van a pode ayudar. Hay unos autores, no obstante, objetivamente
imprescindibles, que han sentado bases. En mis bibliografías de cada bloque he
intentado usar muchos autores, sí, pero también he repetido: he pivotado sobre
quienes, al acercarme, me ofrecían un juicio de certeza sobre su fiabilidad.
Distinguir esa fiabilidad, va a ser clave para nosotros.
·
Nunca debemos olvidar que, aunque
la literatura sea un gran vehículo para el aprendizaje de cualquier asignatura
del currículo, y que, además, conduce al niño por el camino que le lleva a ser
capaz de expresarse (Bettelheim, 1977), deberemos tener en cuenta siempre el disfrute del niño: esto es algo que
nos demandan todos los autores estudiados hasta el momento. El principal objetivo de la literatura es
el arte (Jakovson, 1959 y referenciado por Kirchof, 2009), y hacer disfrutar a quien se acerca a
ella.
Pase lo que
pase, no debemos caer en instrumentalizar la literatura, obviando lo que puede
suponer en el entretenimiento infantil (Cervera, 1983)
Bien.
Teniendo en
cuenta estas bases, podremos entender que la literatura es un todo casi
indivisible. Cada ejercicio que hemos preparado para el aula ha demandado una
preparación previa y una comprensión de los otros bloques. Mirándolos, no
obstante, uno a uno, diré, como primera referencia rápida, que nos ayudarán en
nuestra labor docente de las siguientes formas:
·
En el bloque primero
encontramos, creo yo, la base para todos los demás. El tener que enfrentarnos
al análisis crítico de una obra, aprendiendo a dejar de lado nuestros gustos para
entender lo fundamental -si las características entran en los márgenes teóricos-,
nos obliga a establecer la que será la línea de pensamiento necesaria para
escoger libros, actividades, cuentos… En definitiva, nos obliga a aunar teoría
y práctica, obviando nuestras impresiones más subjetivas, para poder ofrecerles
la mejor experiencia literaria a los alumnos.
Aprendemos a
ser críticos para poder ayudar a nuestros alumnos a serlo también.
·
El bloque segundo nos
ayuda a llevar el pensamiento crítico a nuestra infancia, a los recuerdos que
tenemos de los cuentos tradicionales. Romper con esos recuerdos y ofrecer a los
chicos las versiones más adaptadas a su rango de edad, sin edulcorarlas, nos puede
llevar a plantear desde un debate moral -como señalaba Kolhberg (1960,
referenciado por Barra, 2005)-, hasta el porqué de los cambios sufridos en los
cuentos. Interesante también analizar la motivación original para que fueran
tan oscuros, relacionando el análisis con el bloque tres.
·
Si
bien este bloque tercero puede parecer solo una programación didáctica
para aplicar las bases señaladas, en realidad nos puede ayudar a aplicar transversalidad:
conocer la historia y conocer la propia cultura, mientras nos encaminamos a
agudizar el sentido crítico de los alumnos. Pensemos que si cogemos clásicos
del Siglo de Oro, como fue nuestro caso, los niños encontrarán que la cultura
era inaccesible para la mayor parte de la gente…salvo por las obras de teatro o
cuentos folclóricos (bloque segundo). Según la edad, pueden llegar a razonar
acerca de la manipulación de las personas por parte de los poderosos, pudiendo
trasladar dichas situaciones a hoy en día.
Fomentar la búsqueda de la verdad y no aceptar la primera versión
edulcorada de la historia que encuentren (cuentos folclóricos), les ayudará ser
críticos y, por tanto, difíciles de engañar.
·
En
el bloque cuarto encontramos cómo usar los conocimientos adquiridos en los
anteriores para poder enganchar a los niños y animarles a leer. No solo
buscamos construir adultos críticos y más inteligentes, sino que queremos
ayudarles a asentar una base de disfrute accesible. Y, sobre todo, que les haga
pasar grandes ratos de diversión.
·
El
bloque quinto muestra diferentes medios para poder ayudarnos con la
creación literaria en nuestras aulas: aprender a usarla -y transmitirla- como
un vehículo de aprendizaje, como una fuente de diversión y, en algunos casos,
como la posibilidad de encontrar una vía de escape. Ojalá, incluso, como una posible
vocación para nuestros alumnos. No buscamos que todos nuestros chicos se
conviertan en autores, pero sí que jueguen con su imaginación, que aprendan a
perderle miedo a las críticas constructivas, y que comprendan que la
literatura, incluida su creación, está al alcance de su mano.
Imaginación,
diversión, aprendizaje, cooperación… son conceptos que si nosotros, como
maestros, aprendemos a aunar, harán que logremos no solo un aprendizaje
significativo (Ausubel, 1963, referenciado por Berk, 1999), sino divertido y
que los niños encuentren verdaderamente útil. Divertido y útil. Insisto:
divertido y útil.
Y ahora,
querida profesora, analicemos cada bloque más en profundidad: todavía
hay mucho que decir.
PRIMERO
Buscamos aquí la necesidad de
desarrollar el pensamiento crítico, utilizando la teoría de diferentes
asignaturas, y, por supuesto, la de esta. Podríamos considerarlo como base para
el resto de la asignatura, de cara a desarrollar las diferentes actividades. La
clave está en aprender a desarrollar un análisis de cada parte del libro, desde
lo más objetivo a lo más subjetivo (o en apariencia subjetivo) para ser capaces
de escoger libros que se ajusten a las necesidades de nuestros alumnos en cada
momento evolutivo.
Haber cursado
este bloque me ayudará, como maestro, a tener un elemento en el aula que me
encantará haber aprendido a construir: una buena biblioteca de aula. Además,
este bloque probablemente ha sentado en mí las bases para desarrollar un
archivo completo de las actividades de fomento de la lectura.
Es cierto que
este tipo de cosas, ya en la vida real en un colegio, requieren un trabajo
enorme por nuestra parte. En las prácticas he podido comprobar que el profesor
no siempre está en condiciones de desarrollarlo: el tiempo que requiere, no
siempre se tiene. He visto bibliotecas de aula que no me han dado la sensación
de seguir los criterios que en este bloque hemos aprendido. Y yo sé que,
realmente, al tutor le suele faltar tiempo para hacer esto bien hecho. También,
probablemente, sucede que no lo suelen ver tan fundamental como nosotros
acabamos de aprender que es.
Esforcémonos,
rasquemos minutos de donde sea, pero ofrezcamos lo mejor a los alumnos en este
ámbito.
También he
podido comprobar en las prácticas, por cierto, que algunos profesores siempre
acaban mandando los mismos libros un año tras otro. Esto puede producir ciertos
problemas. Uno es que dichos libros estén descatalogados y sean casi imposibles
de encontrar. Es frecuente, pero no el más importante: lo que nos puede pasar
nunca es que, por dejadez, acabemos mandando libros que hace veinte años eran
del agrado de los alumnos, pero hoy en día no. Cambios sociales, culturales,
tecnológicos…no podemos perdernos por el camino. Estemos atentos a los cambios
de gustos. Es imprescindible para abordar lo que se nos ha enseñado en este
Bloque 1. Veremos que también lo es para desarrollar lo aprendido, sobre todo,
en el cuarto.
SEGUNDO
Con respecto al
segundo bloque, tengamos muy en
cuenta la importancia de fomentar en nuestros alumnos las ganas de descubrir el
folclore propio de una cultura, de una sociedad, sin importar el país de
procedencia. Pero, sobre todo, llevémonos una lección aprendida: nos avisabas
en la explicación del bloque, en el documento de instrucciones: << Trabajaremos el bloque para aprender la verdad sobre
la literatura folclórica -mal llamada infantil-, (…) >>.
Tras haber trabajado este bloque, especialmente tras haber realizado la
selección de cuentos siguiendo los criterios que hemos aprendido, deberíamos de
ser capaces de distinguir, y, sobre todo, de hacer distinguir, literatura
folclórica y literatura infantil. Hemos tenido ya, a estas alturas, que
comprobar cómo, realmente, muchos de los cuentos que han llegado hasta nosotros
como cuentos infantiles, en su forma original eran cualquier cosa menos eso.
Siendo sincero,
mi experiencia en las prácticas estos tres últimos años me lleva a pensar que
el folclore es el gran olvidado en Educación Primaria en España. Si se hace
referencia en algún momento a este tema, parece que siempre fuera referido a
Europa, obviando muchas raíces latinas. Incluso la mitología de otros países
más allá de la romana y la griega, parce ser generalmente ignorada. Probablemente,
-y digo probablemente porque tampoco he tenido la posibilidad de hacer un
análisis profundo in situ- el
problema sea, precisamente, qué cosas presentamos a los alumnos como folclore:
por desgracia, parece que seguimos presentándoles cuentos infantiles muy
edulcorados, y yo creo que los alumnos los rechazan temiendo ser tildados de
infantiles.
Si quieres transmitir a tu clase
de sexto de Educación Primaria el valor real, el significado de cualquier cuento
folclórico mítico de la cultura Occidental (por ejemplo), no puedes hacerlo
dándole a leer, como primer paso para ese análisis, la versión del cuento que
le regalaron con cuatro años, porque no tiene interés para ese alumno, y lo ve
ridículo: perdamos (ganemos, realmente) un poco de tiempo, por favor, en
encontrar la versión adecuada a su edad.
Si obviamos
los cuentos, perdemos no solo una buena forma de ayudar a entender el contexto
histórico de muchas grandes obras literarias, sino también dejaremos de hacer
un ejercicio de aprendizaje, de pensamiento crítico, a través de historias que
pueden ser divertidas, interesantes e intrigantes. Usemos, pues, los cuentos: podemos
usarlos también como un elemento integrador para nuestros alumnos venidos de
otras culturas, cosa que considero imprescindible. Estamos, en los últimos
años, intentando teóricamente pasar no ya a la interculturalidad, sino a la transculturalidad, y los cuentos como
representación de distintos folclores nos pueden, sin duda, servir de gran
ayuda.
TERCERO
El tercer bloque está muy relacionado con
el segundo y ambos ofrecen las mismas oportunidades de aprendizaje transversal.
El problema, muchas veces, con respecto a los grandes clásicos es que, al ser
tan importantes dentro de nuestro entorno, solo concebimos su enseñanza
mediante clases magistrales rigurosas y serias, en las que, además, los textos
apenas puede ser modificado u adaptado.
Claro que es
importante -Dios me libre de decir lo contrario- que los clásicos se lean en su
forma más pura, igual que ocurre con los cuentos clásicos. Sin embargo, y como
hacemos con estos segundos, debemos adaptar los clásicos al nivel de los niños
e ir completándolos en consonancia con su desarrollo. Es decir, hacer un
aprendizaje en espiral que aúne lo que sabían de dichos clásicos con datos
nuevos (Brunner, 1960 referenciado por Smith, 2002).
No solo eso: además,
debemos ser capaces de hacer actividades que complementen dicha lectura,
añadiendo diversión y más conocimientos. Si volvemos a mi actividad (por
ejemplo): no es lo mismo decir a los niños que era difícil hacer papel, a
hacerlo nosotros mismos en clase.
A primera
vista, uno puede pensar que el bloque tres sólo se basa en hacer una
programación y aplicar unas bases teóricas, pero eso sería quedarse con una
parte del ejercicio: este bloque, junto al de cuentos clásicos (dado que ambos
están estrechamente relacionados), nos sirven de base para analizar y entender
cómo trabajar la literatura en primaria. Al tener esa base gracias a ambos bloques,
y podremos hacer que nuestros alumnos alcancen un aprendizaje activo y
significativo, y podremos evitar problemas que, en el análisis del cuarto
bloque, veremos que pueden surgir.
CUARTO
En el bloque cuarto de animación a la lectura
nos encontramos con una situación delicada: muchas veces obviamos lo que hemos
aprendido -por ejemplo, lo que nosotros acabamos de aprender respecto la
animación a la lectura en esta asignatura de la carrera- y nos dejamos llevar
por la comodidad de listas de libros que nos han dado buenos resultados. No
procuramos entender los cambios que, poco a poco, se producen en nuestras clases.
Te contaré,
Irune querida, un caso que me ocurrió cuando era niño: en sexto de EGB tenía yo
un gran profesor, muy motivado -en el buen sentido lo digo, lo juro-, que le
encantaba enseñar. Tenía vocación real. Sentía gran pasión por lo que hacía y
lo que nos enseñaba, y, además, nos trataba con afecto y respeto. El problema
llegó cuando nos propuso -impuso, realmente- las lecturas obligatorias para
Literatura: libros que a él le habían encantado, y grandes clásicos: La Ilíada,
la Odisea y El Lazarillo de Tormes. Bien. Nadie podrá decir que son malos
libros, ¿verdad? Pero claro, en aquellos tiempos (es que tengo ya treinta y
siete años, mujer) no se destilaban tanto las adaptaciones, por lo que, al
menos en mi caso, no solo es que me costase avanzar con la lectura, sino que
supuso tal esfuerzo mental para mí, que me desenganché totalmente de la lectura
esta durante el verano. Y mira que me gustaba a mí leer en verano. El Pequeño
Vampiro, por ejemplo. Pues nada: ni un libro abrí ese verano.
En séptimo de
EGB me tocó una profesora bien distinta: era una mujer bastante mayor, que
mostraba ampliamente sus preferencias con respecto a sus alumnos. No intentaba
motivar a los más rezagados, sino que, además, llegaba a asegurar, en público,
que tenían problemas de aprendizaje, o incluso dificultades cognitivas. En
cambio, sí sabía muy bien cuáles eran las tendencias literarias para nuestra
edad. Nos ofreció -bueno: impuso, otra vez- lecturas obligatorias mucho más
interesantes y acordes a nuestros gustos.
Al hacer
balance, podemos decir que incluso un mal profesor, con los conocimientos
adecuados, puede hacer que un alumno pueda engancharse a la lectura y hacer de
él un lector ávido (como es mi caso, o al menos así lo intento). Nosotros, que
tenemos ahora muchas más herramientas que antes de cursar esta asignatura y,
por ello, darnos cuenta de todas estas cosas, debemos aspirar a ser mucho
mejores profesores, aprendiendo de
nuestros buenos y malos maestros.
Costará
tiempo, pero si queremos ser capaces de animar a la lectura, debemos
reinventarnos continuamente, estar muy atentos a la realidad social y cultural
-evidentemente también a la literaria- que rodee, en cada momento, a nuestros
alumnos. Esto implica trabajar durante todo el año, y todos los años, en
desarrollar una lista adecuada para ellos, tratar de conocerles lo máximo
posible. Todo para ser capaces de llegarles de verdad, de marcarles mediante
una buena experiencia lectora.
QUINTO
Por último, el
quinto bloque es, probablemente, lo
máximo a lo que podemos aspirar como maestros: introducir en nuestros chicos la
semilla de la creación literaria. Para
ello, vamos a ayudarles a trabajar su imaginación, su creatividad e incluso su
autoestima de un alumno. De hecho, he de decir que a lo largo de mi vida
escolar, los mayores subidones de
autoestima que he tenido, han sido siempre después de dar a luz una obra
escrita. Sobre todo, cuando los profesores -o mis propios padres-, han estado
ahí para valorar lo que había hecho.
Como dijimos en el bloque tres, no es lo mismo
leer una historia que crearla, y me da la sensación de que, muchas veces, en
Educación Primaria no se da mucha importancia a la creación literaria: requiere
mucho tiempo, es verdad, y además, mal planteado, podemos acabar teniendo
problemas con respecto a los alumnos. ¿Por qué? Pues porque nos olvidamos de
que son niños, que lo de aprender a crear pequeñas obras es para divertirnos, no para ganar el premio Planeta: cuidado con
las correcciones que les hacemos, por Dios. Profesores muy exigentes, con mala
aptitud para comunicar, pueden acabar por generar frustración a alumnos que,
con toda su ilusión, han escrito un cuento todo lo mal escrito que se quiera.
Depende de la edad de nuestra
clase, no podemos hablarles de su <<falta de originalidad>> o
incluso de su <<falta de técnica>>, como he llegado yo a leer en
rojo, junto a textos de niños demasiado pequeños para expresarle de esa manera
las correcciones. Claro que nos encontraremos con estas carencias: son niños. Pero, hombre, por favor, lo que debemos hacer es
incentivar, que busquen aquellas cualidades que tienen y, con nuestra ayuda
-que para esto es precisamente para lo que estamos- las potencien. Que jamás
dejen de dar su punto de vista en sus creaciones, porque eso es lo que hará que
su historia se diferencie de las otras, por mucho que se empleen tópicos o
tropos (Propp, 1928).
Si sacamos de
la ecuación del aprendizaje la búsqueda de la voz propia y la creatividad,
quitaremos el alma al aprendizaje mismo.
----------------------------------------------------------------------------------
Para terminar:
en esta asignatura, en mi opinión, no hay un bloque más importante que otro. Son
todos, en cambio, parte de la misma red interconectada. Si se corta un hilo (si
no tenemos en cuenta lo que uno a cada bloque), toda la red se cae o, como
mínimo, queda colgada. Entender esta asignatura como un todo, por mucho que la
hayamos abordado mediante bloques, es lo que hará que, llegado el momento,
sepamos ser, realmente, profesores de Literatura en Educación Primaria. Buenos
profesores, quiero decir: de aquellos que son capaces de conseguir que a un
alumno le apetezca escribir un cuento, después de haber leído un libro.
La literatura
es una de las mayores fuentes del saber. Es arte en sí misma, y, en su belleza,
nos ayuda a interesarnos por cualquier tema que ella misma trate.
Hagamos que nazca en nuestros
alumnos ese amor por este arte: consigamos que a un niño le apetezca esconderse
en el hogar de su cuarto (sí, insisto: el hogar que tenemos cada uno en nuestro cuarto, si sabemos
sentirlos así) con un libro en la mano y no salir hasta que se lo haya
terminado. Hagámosle ese regalo, porque no tiene precio.
Hagámosle también el regalo de
ponerle en la senda de desarrollar el pensamiento crítico: no sé si hay mayor
regalo que podamos hacer a nuestros alumnos, aparte de nuestro propio amor por
ellos.
Con estos regalo, les estaremos
dando la capacidad de, cuando llegue el momento, mejorar la sociedad en la que
viven.
He aprendido, sí.
He aprendido a trabajar la literatura en mis futuras clases de primaria.
Al menos, como te decía al principio, he empezado a aprender.
Pero también he aprendido a organizar un trabajo -un proyecto- tan enorme como éste.
Organizarme. Hablar contigo. Volver a organizarme. Volver a hablar contigo. Investigar.
Hacerme un esquema de cómo voy a desarrollar el bloque en cuestión.
Desarrollar el esquema.
Consultar las fuentes. Volver a organizar en función de lo consultado.
Ejecutar.
Tener en cuenta el tiempo. Tener en cuenta la carga mental.
Decidir en qué momento abordar cada bloque, en el contexto del resto de asignaturas.
Priorizar. Aprender a priorizar.
Elegir muy bien qué preguntarte y en qué momentos hacerlo.
Maximizar el aprovechamiento de la tutoría.
Maximizar el aprovechamiento de la consulta vía e-mail.
Volver a organizarme.
Dios mío, Irune, créeme: he aprendido con esta asignatura.
Y, sin embargo, creo que podría -dependía sólo de mí mismo, no ya de ti- haber aprendido más todavía.
----------------------------------------------------------
He aprendido, sí.
He aprendido a trabajar la literatura en mis futuras clases de primaria.
Al menos, como te decía al principio, he empezado a aprender.
Pero también he aprendido a organizar un trabajo -un proyecto- tan enorme como éste.
Organizarme. Hablar contigo. Volver a organizarme. Volver a hablar contigo. Investigar.
Hacerme un esquema de cómo voy a desarrollar el bloque en cuestión.
Desarrollar el esquema.
Consultar las fuentes. Volver a organizar en función de lo consultado.
Ejecutar.
Tener en cuenta el tiempo. Tener en cuenta la carga mental.
Decidir en qué momento abordar cada bloque, en el contexto del resto de asignaturas.
Priorizar. Aprender a priorizar.
Elegir muy bien qué preguntarte y en qué momentos hacerlo.
Maximizar el aprovechamiento de la tutoría.
Maximizar el aprovechamiento de la consulta vía e-mail.
Volver a organizarme.
Dios mío, Irune, créeme: he aprendido con esta asignatura.
Y, sin embargo, creo que podría -dependía sólo de mí mismo, no ya de ti- haber aprendido más todavía.
Pero, en verdad te digo, amiga mía, que estoy contento.
ANEXO:
DOS WEBS ESPECIALMENTE INTERESANTES.
La resalto porque es especialmente completa. En ella, podemos encontrar tanto artículos sobre autores, como un archivo histórico de literatura infantil y juvenil (incluso de cuentos infantiles), con diferentes portales a literatura tradicional infantil.
Esta página, asociada a la anterior, es una espectacular hemeroteca de las grandes revistas relacionadas tanto con la enseñanza, como con la literatura infantil. Sobre todo, destacaría su archivo de la revista "Cuadernos de la literatura infantil y juvenil"
BIBLIOGRAFÍA
Sobre el listado general de
referencias bibliográficas utilizadas en el conjunto de los bloques, marco en negrita -y precedidas por dos guiones,
por si la negrita no se apreciase bien en el blog-, aquellas que he utilizado
particularmente para esta última entrada.
Almodovar, A. R. (2000). Cuentos al amor
de la lumbre I (Anaya infantil y Juvenil, 16ª edición)
Armijo,
Consuelo (2013).
El “nonsense” un arma contra las mentes cuadradas, Cuadernos de lectura infantil y juvenil (45) p. 28-31.
--
Berk, Laura (1999). Desarrollo del niño y del adolescente (Prentice Hall, 4ª
edicción).
--
Bettelheim, Bruno (1997). Psicoanálisis de los cuentos de hadas (Ed. Crítica 1ª
edición).
Colomer, Teresa (1998). La formación del
lector literario, narrativa infantil y juvenil (fund. Germán Sánchez Ruiperez).
Daniel, Noel (2014). Los cuentos de los
hermanos Grimm (Taschen, 1ª edición).
Fuertes, Gloria (2017). Libro de cuentos
para niñas y para niños (Blackie Books, 1ª edición).
-- Hoffman, Lois; Aris, Scott; Hall, Elizabeth (1995).
Psicología del desarrollo hoy (Mc Graw
Hill, 6ª Edición).
Kerguéno,
Jaqueline (1988) ayudar
al niño a convertirse en lector, Cuadernos
de lectura infantil y juvenil (1) p. 86-91.
Klein, Stephen (1994). Aprendizaje,
principios y aplicaciones (McGraw Hill, 2ª Edición).
Martínez-Oreo, Valentín (2003). Teoría y
práctica de la educación (Editorial CCS).
--
Propp, Vladimir (1928). La morfología del cuento (Ediciones Akal, 1ª edición).
CCS.
Riodari, Gianni (2002). Gramática de la fantasía:
introducción al arte de contar historias (Ed. Del bronce, 1ª edición)
Wallon, Henri (2000). La evolución
psicológica del niño (Ed. Planeta, 4ª edición).
Webgrafía:
--
Barra, Enrique: Desarrollo moral: una introducción a las teorías de Kohlberg.
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Pedagógico. Todo el Material pedagógico es de propiedad del Proyecto Todos al
Teatro.
Calderón, T; Fauaz, Y; Lavín, V (2011) Guía de montaje.
Fuenteovejuna Félix Lope de Vega y Carpio (1562 – 1635). Autoras Material
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al servicio de los valores o cómo conjurar el peligro de la literatura.
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-- Smith, M.K. (2002) Jerome S. Bruner and the process of education. Consultado en 9/02/16 http: //infed.org/mobi/jerome-bruner-and-the-process-of-education/
Tejerina, Isabel (2006). Literatura infantil
y la formación de un nuevo maestro. Consultado el 17/05/18 http:
//biblioteca.org.ar/libros/132768.pdf
VV.AA. Leyes:
LOE:
Ley orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.
Publicada en el BOE en el 4/5/2006 y consultada el 22/05/18 http:
//www.boe.es/aeboe/consultas/bases_datos/doc.php?id=BOE-A-2006-7899
LOMCE: Ley
Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa
consultado en 07/05/18 http:
//www.boe.es/boe/dias/2013/12/10/pdfs/BOE-A-2013-12886.pdf
Me voy al balneario. Un
mes.
Siii!! Se trabaja!!
ResponderEliminarPero a mí el DIAC para ser un trabajo solo me llevo como dos de Irune y lo que estudie bases... eso solo lo sabe mi madre y Dios.... jajajaja y mates 1,2 y 3 anda que no hice ejercicios.... jajajajaja
Se trabaja con Irune, tienes razón lleva horas y con la cabeza pensando continuamente continuamente, exprimiendote la imaginación ( ya te comenté la vez pasada que a mí me educaron para estudiar) mi imaginación la habían matado, menos mal que Irune y más profes están volviendo hacerme trabajar esa parte!!
Los apuntes son maravillosos!! Y no sé si te pasa a ti pero... no te dan ganas de seguir trabajando en ello... Yo tengo ganas de hacer un curso de cuenta cuentos (aunque Irune una vez dijo que no era necesario) pero a mí no creo que se me de bien!! Así que me encantaría y seguir leyendo sobre todo esto y el blog de de Irune en favoritismos!!
Ha sido un placer poder leer tus trabajos y comentarlos!! Felicidades porque eran geniales!!!
Graciassssss un fuerte abrazo
Disfruta de las vacaciones te lo has ganado!!
¡Dan ganas de seguir trabajando en ello, María, claro que sí! Oye, gracias por comentarme incluso este artículo final...¡que no era necesario comentarlo! Lo pone en el documento de orientaciones para realizar este blog ;)
EliminarPara mí también ha sido un placer, compañera, recibir tus comentarios y sentir tu positividad.
Descansa tú también María, que también te lo mereces.
¡Un besazo muy fuerte!
Un artículo tan excelente como anunciaba el trabajo realizado en los bloques (interconectados, por supuesto).
ResponderEliminarCreo que mereces una felicitación pública. Confié en ti desde el primer email (que tenía que ver con Aristóteles...) y tú has superado, con creces, todas mis expectativas. Y Dios es testigo. Enhorabuena.
Desgraciadamente, no puedo darte una matrícula de honor porque la usé en la convocatoria ordinaria, pero la mereces. De hecho, en mis criterios de exigencia en relación con las calificaciones (fruto de 27 años de experiencia como profesora de didáctica de la literatura) tu trabajo, tanto en las entradas del blog como en los comentarios a tus compañeros, es un 15.
En fin, querido Guillermo, que ha sido un honor y que estoy deseando que le metas mano a la didáctica de la lengua... en el buen sentido. :D
Dos factores me impiden contestarte ahora mismo como me gustaría:
Eliminar1) Las lágrimas de alegría en mis ojos me impiden ver con claridad las teclas.
2) Me quedan 18 horas para entregar a Mónica las actividades de Matemáticas, y 22 horas para entregar a Fátima la memoria del Prácticum III y, aunque estoy a punto, no lo he terminado aún.
En verdad te digo que el honor es mío. Y Dios es testigo, sí, de que le meteré mano a esa didáctica en el buen sentido, no sea que me equivoque de sentido y me anulen la boda. :)
Gracias. Por tanto.